He impreso docenas de páginas Excel para cada sitio que voy a visitar, con fotos de los niños y sus nombres, edades y circunstancias. Las leo y releo por la noche intentando memorizar cada carita y cada situación para asegurarnos de que estamos haciendo todo lo que podemos por ellos. Qué ganas tengo de llegar y ver en persona los programas que vosotros habéis ayudado a levantar y a los niños cuyas vidas estáis cambiando.
El adorable Reggie con su pierna recién curada.
Cuando LWB empezó a trabajar en China, enseguida fuimos conocidos por nuestro trabajo ayudando a los niños físicamente. Con operaciones quirúrgicas, nutrición y casas de curación... seguimos haciendo todo lo que podemos para ayudar a que niños y niñas con necesidades médicas reciban la ayuda que merecen. Es la piedra angular de lo que hacemos.
Me siento muy agradecida a todos los que habéis apoyado el programa de Refugio Seguro, ya que en muy poco tiempo hemos podido recibir a 14 niños que han pasado por lo peor imaginable. La lista con sus casos fue la última que imprimí anoche, porque aún no he llegado al punto donde pueda leer sus historias sin partírseme el corazón. Sé que es ridículo siquiera decirlo, porque son estos niños los que lo han VIVIDO, y no yo, y aún así soy una adulta del otro lado del océano luchando por poder escuchar su realidad.
Imprimí la foto de un grupo de hermanos que acabamos de aceptar en nuestro programa de Refugio Seguro. Su foto de ingreso me persigue. Cuatro hermanos y una hermana, de edades desconocidas. Están mirando a la cámara con una mezcla de desafío y agotamiento, y podéis ver el peso que lleva el hermano mayor en sus hombros para proteger a sus hermanos pequeños (No mostramos nunca los rostros de los niños de este programa para protegerlos)
Dentro de unos días podré conocer a la pequeña Evie en persona, cuya edad hemos estimado en cuatro años, y a sus luchadores hermanos que, comprensiblemente, tienen toda la razón del mundo para creer que no se puede confiar en los adultos. Nos reuniremos con nuestro equipo local para discutir los pasos necesarios para curar no sólo físicamente sino emocionalmente también, a este grupo de niños cuyo cuidado está totalmente a nuestro cargo. Tantos niños preciosos y vulnerables que se merecen tener la oportunidad de encontrar la esperanza real.
Proporcionar la ayuda más amorosa y empática posible a los niños y niñas huérfanos y sin recursos, y mostrar al mundo que cada niño o niña, independientemente de sus necesidades, merece saber lo que es el amor y ser tratado o tratada con dignidad.
Os damos las gracias de corazón por hacer posible esta visión. Tengo muchas ganas de compartir con vosotros más a mi vuelta.
~Amy Eldridge, Chief Executive Officer
No hay comentarios:
Publicar un comentario