Mis niños me han dado mucho por lo que estar agradecida. Por supuesto, estoy agradecida por las cosas normales que todas las madres agradecemos, pero también estoy agradecida por algunas cosas que no suelen ser habituales, al menos, no son las que uno generalmente se espera.
Agradezco las rabietas de mis niños porque me ayudan a recordar que todos nosotros tenemos días malos de vez en cuando. Necesitamos darnos los unos a los otros perdón y olvido.
Agradezco los estómagos hambrientos porque me ayudan a recordar que muchos niños de este mundo se acuestan todos los días con hambre, y que hay cosas que puedo hacer para aliviar esta situación.
Agradezco los niños que se pelean porque la fealdad del hecho, me ayuda a recordar que es muy importante que todos nosotros intentemos tratar al prójimo con amabilidad y bondad.
Agadezco el "tiempo para pensar" porque... bien... a menudo necesito el mío.
Agradezco el desorden de mi casa porque hubo una vez que pensé que podía quedarse vacía, limpia y silenciosa para siempre.
Mis niños me recuerdan constantemente las cosas simples de la vida. Ellos son los que enseñan el asombro y la maravilla inesperadas. Una piña de un arbol, un escarabajo subiendo por la pared, un gusano en la acera después de un día de lluvia, el modo en el que los rayos de sol en el agua de un pozo la hagan brillar como pequeños diamantes.
Agradezco las risitas y las carcajadas con las que explotan por la cosa más tonta. Me maravilla su capacidad de amar, a pesar de haber tenido que resolver circunstancias mucho menos que perfectas. Sus bracitos alrededor de mi cuello me traen un sentimiento delicioso de amor que ningúna cantidad de dinero puede comprar. ¿Qué corazón no se derretiría cuando una carita se aprieta en tu pierna y te dice "eres la mejor mami del mundo"?
Estoy muy agradecida por no perderme el milagro de sus pequeñas vidas, por estar rodeada de ellos cada día. Los días buenos y malos de la paternidad se entrelazan formando un bello tejido, y por mis niños, estoy profundamente agradecida.
Karin Prunty, nuestra blogger del día, es la coordinadora de Love Without Boundaries, del programa de Familias de Acogida de Shunyi. Vive en Michigan con su marido Jeff. Tienen 10 hijos, dos adoptados en los Estados Unidos, uno adoptado en Guatemala y siete adoptados en China.
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