Millie ha crecido a "manos llenas" desde que llegó a la Casa de Fisuras. Ha ido ganando peso y fuerza de forma regular y se ha vuelto una niña mucho más feliz.
"Cuando llegó a la Casa... era tan chiquitina!"
En las primeras semanas era un bebé muy quisquilloso. Cuando estaba despierta (lo que no era muy frecuente), lloraba. Pero, uf, cómo han cambiado las cosas! Todavía adora dormir y suele ser de las últimas en levantarse. Sus cuidadoras dicen que incluso aunque se levante antes que los demás, no le gusta que le saquen de la cuna durante un rato (quizás está empezando a practicar para cuando sea una adolescente!)
"Mira qué fuerte soy ahora!"
Pero ahora, cuando está despierta es muy comunicativa y activa. Me encanta cómo se mueve más rápido que la cámara en esta foto!
Gracias a vuestra ayuda, Millie es una niña más que ha recibido el mejor cuidado posible y el regalo de la esperanza.
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