Siempre que me preguntan sobre los diversos aspectos de la adopción de niños mayores, suelo suspirar profundamente antes de intentar contestar. Es extremadamente difícil resumirlo todo en el contexto de una breve conversación, de un blog o de un email. Creo que al igual que cada niño es único y viene con su propia mochila emocional (sus miedos, sus mecanismos de ajuste y defensa, y sus expectativas) igual nos pasa a las familias que los adoptamos.
Lo primero que hago es intentar sentir cuáles son las esperanzas y las expectativas de las familias, y hasta qué punto son conscientes de los obstáculos y problemas potenciales que se pueden encontrar al intentar hacer sus sueños realidad. Hay muchísima información que digerir y muchísimos casos distintos. Aquí intentaré contestar a algunas preguntas sobre la educación y la adopción de un niño mayor. (Nota, en EE.UU. es muy habitual la enseñanza de los hijos en casa, sin acudir a un colegio)
La cuestión educativa es compleja. Hay varios caminos muy distintos que se pueden tomar dependiendo de las capacidades de cada familia. En lo más básico, las familias han de decidir si están preparadas para manejar los posibles resultados del nivel educativo de su hijo/a. Sé que yo, personalmente, he tenido que ser sincera conmigo misma y replantearme las esperanzas y sueños que tenía sobre mis hijos -realmente, ¿qué esperaba que consiguieran? Mis deseos eran una larga lista de logros: que tuvieran un fuerte sentido de su propia valía, la capacidad de formar relaciones sanas, que tuvieran confianza y se sintieran seguros, etc., y me llegarán las preocupaciones relativas a los estudios superiores en unos años. Pensar que un adolescente muy traumatizado sin saber el idioma (y en el caso de cada una de mis hijas, con tan solo un par de años de escuela en su país de origen) va a integrarse encantado en una nueva vida que no comprende y no conoce y a la vez va a hacer enormes esfuerzos educativos para alcanzar en el menor tiempo posible a sus compañeros de clase... no es real, por lo general. Puede sonar como algo demasiado obvio al leerlo y habrá quien se pregunte "¿Qué quiere decir exactamente 'el menor tiempo posible'?" Sin embargo, he descubierto que muchos de nosotros tenemos esas expectativas incluso sin darnos cuenta. Sin embargo, suelen pasar un par de años mínimo, antes de que el cerebro del niño empiece a funcionar "con normalidad" y pueda procesar el pensamiento complejo al nivel más óptimo.
Una familia que considere la adopción de un niño mayor debe aceptar que el niño puede necesitar mucho más tiempo para recobrar su independencia. Cuando contesto a estas preguntas directamente a las familias, suelo exponer todo tipo de posibilidades sobre lo que podrían encontrarse al principio y concienciarles de que no es una cuestión de encontrar el recurso educativo adecuado... es el manejar con mucha paciencia a un niño que puede que no esté preparado inmediatamente para ajustarse a esa opción. También es posible que sea una cuestión de combinar distintos enfoques y recursos educativos en momentos distintos para satisfacer las necesidades del menor. Por supuesto, hay niños que llegan a casa y se deslizan en sus nuevas vidas sin mayor problema. No es el caso de ninguno de mis hijos, pero me han dicho que existen! Lo que quiero decir es que, sí, es una posibilidad. Las familias tienen que estar preparadas para lo que pueda pasar cuando deciden adoptar a un niño mayor, lo complicado o dificil que puede ser, y decidir si están preparados o no para todo y traer al niño a casa. Conozco muchos padres que sintieron la llamada de adoptar a un niño mayor pero que no estaban realmente preparados, y se quedaron en estado de shock ante la intensidad de las demandas de sus hijos y los problemas que traían consigo. Si los padres se educaran en todo lo relativo a qué esperar de su hijo y de su capacidad de ajuste en los primeros meses o años, podrán ser mucho más proactivos y detectar las causas subyacentes de los baches educativos que puedan encontrarse en el camino - y que facilitan el "pánico educativo" en el que inevitablemente pueden caer.
Porque cada niño es único como única es la familia que lo adopta, nadie puede decir qué es lo mejor para el niño o cómo saber antes de conocerlo cuales serán sus mejores opciones educativas. Lo que puedes hacer es recopilar todas la información que puedas sobre experiencias personales, de los recursos disponibles, de las distintas perspectivas, teniendo en mente que ninguno de estos métodos va a ser perfecto. Es importante que no te puedan los sentimientos de inutilidad si descubres que las aguas en las que te metes son demasiado profundas para tu familia. Tanto si decides educarle en casa como enviarlo al colegio, ninguna de estas opciones es mejor que la otra en niños que han sido arrancados de su cultura y llevados a otra. Creo que necesito puntualizar que en la mayoría de los casos, no me refiero a la gran cultura, historicamente rica del país del niño sino a la de su vida en el orfanato. Muchos de estos niños conocen muy poco de la vida fuera de los muros de su institución, y esto es realmente su única experiencia "cultural" antes de venir a nuestras casas. Tanto si tú crees que tu hijo necesita el ambiente hogareño que el educar en casa proporciona, como una escuela pequeña, o un gran colegio altamente estructurado, puede que tarde mucho tiempo en adaptarse a alguno y que tu necesites varios intentos para saber qué es lo mejor para tu familia en la fase de ajuste concreta en la que os encontréis. A veces puedes sentir que el vínculo tan intenso que se crea educando a tu hijo en casa es lo mejor, y otras veces puedes pensar que la rígida estructura de un colegio formal es lo más adecuado. No ir a la escuela, o el aprendizaje basado en la experiencia, un curriculum estricto... todos estos aspectos son igual de válidos para satisfacer las necesidades del niño en distintos momentos. Creo que la clave es ser flexible y estar abierto a todas las opciones disponibles y dispuesto a cambiar a mitad de curso sin dar paso a sentimientos de fracaso.
Pasa más tiempo con tu hijo y determina su capacidad de manejar el estrés, su estado emocional y su control de su conducta, antes de elegir un tipo de educación. Y estate dispuesto a rediseñar ese camino tantas veces como sea necesario. ¿Necesita tu hijo establecer un vínculo más cercano contigo? ¿Es capaz de vincularse a otros? ¿o hay algunos muros que hay que derribar antes? Una de mis hijas es pasiva/agresiva pero en la superficie parece la niña más encantadora, obediente y vinculada de mi familia. Por desgracia, detras de esa fachada hay una niña a la que le asusta terriblemente confiar en nadie, y ha aprendido a hacer lo que tiene que hacer para evitar aceptar relaciones intimas verdaderas. Va por el camino... pero su corazón está a años luz de casa. Necesito tener esto en cuenta constantemente a la hora de decidir cómo proceder ante el gran abanico de oportunidades educativas ofertadas.
Por supuesto, la dinamica familiar también es importante. Hay sacrificio, estrés y puro cansancio resultantes de cualquier camino elegido. Hay concesiones que se tienen que hacer inevitablemente y cada familia ha de decidir donde y cuando las hacen. Recuerda siempre que nadie quiere a tu hijo más que tú y consecuentemente, no hay nadie mejor preparado para tomar decisiones sobre la vida de tu hijo/a. Eres su mejor guía. Considera que tanto tú como tu hijo tenéis necesidades individuales, tanto físicas como emocionales, mientras recorréis el camino. Y recuerda confiar en ti mismo y no perder preciosas horas de sueño despierto intentando saber si lo estas haciendo bien. Siempre habrá otros con historias maravillosas sobre las perfectas transiciones de sus hijos, que además son estudiantes modelo al poco tiempo de haber llegado a casa. Solo porque tu experiencia adoptiva personal no es igual, no significa que sea un reflejo de ti o de tus elecciones. Preparate para ser humilde y rectificar una y otra vez y para darte cuenta que con cada experiencia se aprende.
Si estás considerando adoptar a un niño mayor o esperando traerlo ya a casa y estás con el dilema de qué tipo de educación le vas a dar, tomate tu tiempo para pensar en todas las opciones disponibles y con las que estés más cómodo. Estate dispuesto a probar diversos caminos hasta que encuentres el adecuado, y date cuenta de que lo que funciona un año, puede no valer el siguiente. Cada día va a ser una experiencia educativa nueva para tu hijo. Probablemente acaba de dejar un entorno muy aislado y controlado y tiene mucho que aprender tanto dentro como fuera del aula.
Lisa Kaden es la madre de 7 guapos hijos, 5 adoptados en China. Tres de sus hijos fueron mayores en la adopción y los 5 tienen necesidades especiales. Lisa es voluntaria de LWB desde 2004 y es una apasionada defensora de la adopción, sobre todo de niños mayores.
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