Cuando era pequeña e iba con mi madre a diversos sitios, nunca fui consciente de que podíamos atraer más miradas que las típicas madre e hija biológicas. Por lo que yo sé, esta falta de consciencia es habitual en los niños. Ahora estoy leyendo el libro de Zora Neale Hurston "Sus ojos miraban a Dios" y la protagonista, Jeanie, no se da cuenta que es negra hasta que ve una foto de sí misma.

Tanto si era por estupidez como si era por inocencia infantil, me daba tan poca cuenta de las cosas que no recuerdo siquiera haber pensado en serio que yo no tenía padre. No tener padre era mi realidad - ni mejor, ni peor, ni distinta, ni extraña. Cuando llegaba el día del padre, no me lo pensaba dos veces, simplemente el trabajo manual que hacíamos en clase era para mamá. Cuando los papás de los otros niños venían a recogerles al cole o a permanencias, yo solo me preguntaba que cuándo narices iba a venir mi madre a sacarme de allí.

Cuando pienso en mis vivencias en el sistema público de enseñanza, me doy cuenta de que a los dos colegios a los que fui iban muy pocos asiáticos o de otras minorías, algo sobre lo que no pensaba en esa época, pero de lo que (sorprendentemente) ahora me río. Nadie hablaba de la raza, y nunca se me ocurrió pensar que podía tener algo que ver en la amistad, si es que realmente influye. Supongo que la frase "Nadie hablaba de la raza" puede traer a la mente una idea negativa de un padre despreocupado e/o ignorante, con poca relación con la cultura actual, y otros pensamientos igualmente correctos políticamente. Pero no hablar de la raza cuando se es pequeño, cuando el prejuicio y el racismo no existen -al menos, es lo que yo recuerdo- creo que no hace ningún daño. Me atrevo incluso a pensar que si HUBIERA sido sacado el tema, habría tenido un impacto negativo en mí porque me habría creado conciencia de mi misma. Por supuesto, si los niños del cole se ríen de los ojos achinados o cosas así, el hablar del tema puede ser una buena idea...

No puedo recordar el momento exacto de cuando me di más cuenta de mis rasgos asiáticos. Sé que en secundaria ya tenía conciencia de mi misma, pero desde luego esta conciencia no era solo de mi aspecto. Y es importante señalar que la mayoría de los niños llegan a la cumbre de la conciencia de sí mismos a esa edad! La raza y la adopción eran temas a menudo olvidados entre las cosas normales y ordinarias del día a día de los exámenes, los profesores, las clases, y el siempre presente reto de comprender un poco el sentido de una misma. En aquellos momentos sufría de las típicas tragedias de una adolescente: la búsqueda de personas con las que tenía cosas en común, mi lucha privada para llegar a un acuerdo con mi creciente conciencia de las injusticias de la corriente dominante en Hollywood, rogar a mi madre que me comprara las revistas más cognitivamente perjudiciales (como SuperPop), me preguntaba qué pensarían mis profesores de mí y de mi extraño segundo nombre, y la lista sigue y sigue. Si hubiera ido a varios colegios e institutos, creo que mis experiencias como ciudadana Chino-Americana habrían sido más neutrales que las de alguien que hubiera ido a un colegio mayoritariamente caucásico. (Pero de nuevo, puede que no). Lo más interesante es que la mayor parte de mis colegas, cuando terminaba secundaria, tenían mis mismos ojos almendrados y mi pelo liso y negro...

Darse cuenta de que uno tiene un aspecto concreto -pero sentir que te faltan las experiencias de una persona que ha crecido en una cultura diferente- hace a la persona tomar conciencia de si misma en algunas cosas. De modo algo hipócrita, he solido criticar cómo las pandillas de mi colegio se segregan por raza. Y pasado el instituto, me he preguntado por qué elegí pasar mi vida con la gente con la que la pasé -la mayoría chinos de primera generación; cómo influye en la amistad la raza/adopción/la amistad previa (esto último es lo que más influye, ya que la mayor parte de mis amigos fueron conmigo a secundaria); y de qué formas he intentado conscientemente "segregarme" y por qué.

Como me siento muy contenta con mi adopción y de la relación con mi madre, es muy dificil para mí pensar en el pasado y reconocer que no todo fue tan estupendo como lo pinto. Parte de mi auto-censura es debida a que sé que tengo lectores que están o bien interesados en la adopción, o bien ya han adoptado. Quería contribuir al debate sobre la adopción, y del modo más positivo posible -pues pienso que es algo precioso- así que con ello llegan las dudas sobre cuanto compartir. Cuando vuelvo a leer este post, me doy cuenta de que sí HUBO problemas de muchos tipos. Se lo dije a mi madre y ella me dijo que hubo muchas luchas. Me recordó unas pocas veces que casi me "escapé de casa" (i.e. tenía 12 años y me fui de casa por unas horas deambulando por la calle hasta que volví cuando quise), las acaloradas discusiones que tuvimos, y mis luchas por "encajar" en varios momentos de mi vida. Protesté porque muchas de las cosas que ella relacionaba con la adopción, especialmente la primera, no tenían mucho que ver con la adopción, más bien se relacionaban con la típica angustia adolescente. Pero, me señaló, es muy dificil distinguir entre lo que está relacionado y no con la adopción. Todo en nuestras vidas se relaciona con todo lo demás. No puedo calcular o medir cuánto de la adopción se ha cruzado en los demás aspectos de mi vida. Así que: quiero reconocer que por supuesto hubo luchas relacionadas con la adopción. Puede que haya más en el futuro. Pero también quiero añadir que en cada familia -sin importar que sea "nuclear" o biológica- hay luchas. Y que cada persona sigue una búsqueda de su identidad que dura infinitamente.

Un profesor de escritura me metió en la cabeza que: NUNCA utilizara la palabra "único" al escribir. Es la palabra más vaga que una persona puede usar para definir a algo o alguien ya que TODO EL MUNDO es único. Así que: ¿esas luchas por tener una apariencia china y sentirme 100% americana? Son a menudo las mismas luchas a las que tienen que enfrentarse los inmigrantes chinos de primera y segunda generación. ¿El sentimiento de una existencia doble? Lo mismo. ¿El deseo de explorar el pasado o la cultura propia? Esto suele ser universal! Los adoptados tienen una especie de "mundo doble" pero no son "únicos". Creo que es divertido y fácil hacer de esa reivindicación de la dualidad, y de culturas cruzadas, un estado de ánimo despreocupado. Pero también es importante recordar que un adoptado es sencillamente tan normal y tan extraordinario como cualquier otra persona, y viceversa!

 Meia Yao, nuestra blogger invitada, tiene 18 años y fue adoptada en China. En su blog Adoption. Etcetera., Meia reflexiona sobre algunos pensamientos relacionados con la adopción y con la raza.