En la última entrega de nuestra serie "Un día en la vida de...", centramos nuestra atención en dos voluntarias increíbles del Programa Médico de LWB. LWB empezó curando niños con problemas médicos y ahora nos enorgullecemos de tener 31 voluntarias dedicadas sólo a este programa! Cathy Langguth es una voluntaria bastante nueva, acaba de empezar a trabajar con LWB en el Fondo de Operaciones de Corazón. Mientras que Nancy Delpha, Directora Adjunta del programa Médico, lleva con LWB desde que se fundó. Sus motivaciones de por qué son voluntarias de LWB son un reflejo de las de muchos otros voluntarios que no pueden ser retratados aquí individualmente.

Nancy Delpha: En Agosto 2003 tuve el privilegio de viajar a China con Amy Eldridge para visitar la provincia de Guangdong, donde fuimos a dos orfanatos y pudimos evaluar las necesidades de algunos niños que vivían allí. Amy fundó LWB cuando regresamos de ese viaje y yo he estado implicada como voluntaria desde entonces haciendo cualquier cosa, desde trabajo administrativo, familias de acogida y programa médico, donde ahora doy mi todo mi tiempo.

Mientras pienso en un típico día de trabajo como voluntaria de LWB, mi mente me lleva a los viejos tiempos, mis días antes de LWB y lo que hacía con mi tiempo. Llevaba a los niños al cole, quizá trabajaba un poco con la YMCA (asociación católica juvenil), o era voluntaria para alguna cosa del colegio. Pasaba el día con mis amigas, quizá comprando o comiendo o tomando café, e incluso tenía un trabajo a tiempo parcial. Estas actividades tenían sentido entonces, y llenaban definitivamente mis días. Sin embargo, una vez fui a China, mi mundo, tal y como lo concía cambió por completo, y nunca he deseado volver a ser la que era. Mi marido y yo adoptamos dos niños aunque nuestros hijos biológicos estaban ya en la adolescencia (me decían mucho "¿Por qué empiezas otra vez?") y yo sabía que quería dedicar mi tiempo a mejorar la vida de los niños que todavía quedaban en China.

La mayor parte de los días me los paso frente al ordenador, escribiendome con el personal de China, con otros voluntarios de LWB o con los donantes. Cuando estoy con el correo, con las actualizaciones de los niños, organizando ficheros o haciendo informes médicos, o entrenando a una nueva voluntaria, sé que de alguna manera estoy ayudando a llevar esperanza y curación a un niño que de otro modo no tendría la atención que se merece. Cuando recojo a los niños del cole, paso por una oficina de correos para ver lo que haya en el buzón de LWB. Al transferir las donaciones al banco, siempre pienso en cuanta gente tan generosa hay en el mundo, que además se preocupa por los niños que esperan. También abro las increíbles donaciones que LWB recibe -artículos como sujeta brazos, enviados para los niños que acaban de ser operados de sus fisuras, o tarjetas y dibujos que un grupo ha hecho específicamente para los niños de los programas de LWB, o un precioso objeto artístico donado para ayudar a los niños a través de nuestra Subasta de Arte anual.

Cada día recibo al menos una foto de un niño al que hemos podido ayudar, o esperamos ayudar, con tratamiento médico en China. Me encanta conocer a estos preciosos niños y ser testigo de sus transformaciones después de haber sido operados gracias a la compasión y a la generosidad de nuestros donantes. Trabajar con otros voluntarios de LWB que piensan como yo y con los que comparto la visión de llevar la esperanza y curación a los niños huérfanos de China, me permite sentirme parte de un equipo comprometido con un objetivo comun. Y me encanta que me recuerden cada día que hay muchísma gente buena que se preocupa y que se une para hacer una diferencia en las vidas de los pequeños que viven al otro lado del mundo!

Cathy Langguth: Como muchas otras familias adoptantes, me pasé incontables horas en internet allá por el 1999 y 2000 leyendo todo lo que podía encontrar sobre la adopción en China. Estábamos en proceso de adopción y vivía las historias de otros, que estaban por delante nuestro y que ya habían viajado y vuelto a casa. La anticipación de la espera en aquellos días, es un sentimiento que no he olvidado. Me encantaba sobretodo leer las historias de una mamá de Oklahoma. Ya tenía hijos pequeños en casa pero se iba a China a adoptar a su primera hija. No tuve más remedio que unirme a su entusiasmo y a su emoción cuando le asignaron y empezó su viaje. De vez en cuando le mandaba un email y esta agradable señora siempre me contestaba. Me sentía como si la conociera.

Nosotros viajamos en mayo de 2001 para adoptar a nuestra primera hija, Natalie, de la provincia de Jiangxi. Una vez en casa, seguí en contacto con otras madres y nos contamos nuestra experiencia y compartimos fotos. Recuerdo especialmente que la mamá de Oklahoma nos envió una foto de un pequeñín que necesitaba ayuda. Quería ayudarle, así que empecé  mi primer intento de varios, de involucrarme. Lo que empezó como un niño pequeño necesitando ayuda, de pronto se comvirtió en una organización que se ha convertido en algo increíble y emocionante, y el simple hecho de estar en ella me hace estar agradecida. Esta organización es Love Without Boundaries y esa mamá con la que yo hablaba online en aquel entonces, es, por supuesto, nuestra Amy.

Seguí en contacto con los años, siempre leyendo los boletines informativos y ocasionalmente pudiendo ayudar a un niño en concreto o a un programa. Mientras, mi marido y yo volvimos a China en 2003 a buscar a nuestra segunda hija Marissa, y de nuevo, en 2008 para recoger a nuestra hija más pequeña, Jensyn. Mis tres hijas tienen 12, 9 y 7 años. Las chicas me recuerdan cada día lo afortunada que soy de tenerlas en mi vida.

Mi hija mayor, Marissa, es una "niña del corazón". Su cardiopatía era tan seria que no se podiía hacer nada por ella en China. Nos permitieron adoptarla y traerla a los EEUU aún estando muy enferma. Sus labios y dedos azules siempre me recordarán lo enfermos que estan estos pequeños "niños del corazón" a los que LWB ayuda, y lo importante que es que hagamos todo lo que podamos para ayudarles mientras son niños. He visto en persona qué es lo que significa una intervención temprana para la mejoría incluso para salvar la vida de un niño. Como voluntaria relativamente nueva que soy, al fin puedo hacer algo para ser parte de una organización que me ha impresionado desde que se fundó, y puedo ayudar a otros pequeñines como mi Marissa.

Con tres hijas y un trabajo a tiempo completo, mis días son un no parar desde que suena el despertador hasta que ya no puedo tener los ojos abiertos un minuto más, cerca de la medianoche. Trabajo durante el día en un gran hospital como Técnico de Radiología. Estoy muy agradecida de que mi trabajo sea de un modo que me permite tener tiempo para leer o trabajar en otros proyectos. Puedo leer mi correo y organizar mi tarea en el trabajo. Luego, cuando llego a casa por la noche, subo las fotos de los niños del programa de Corazón. Mi cargo oficial es "Asistente de la Coordinadora de las Operaciones de Corazón". Ayudo a Shannon Miller escribiendo notas de agradecimiento a nuestros maravillosos donantes que donan cada mes para ayudar a sufragar los gastos de las operaciones de corazón de muchos de nuestros niños. También subo fotos a SkyDrive para que los donantes tengan información actualizada y fotos de los niños a los que ayudan. Hace poco he empezado a escribir informes cortos para mandar a los donantes todos los meses.

Espero que mientras aprendo cada fase del Fondo de Operaciones de Corazón, pueda ayudar más. La sensación que se tiene leyendo en los informes lo enfermos que están los niños cuando entran en el programa, viendo como llegan los fondos de parte de los padrinos hasta que hay suficiente para poderlos operar, y luego viendo las fotos post-operatorias de los niños con un aspecto sano y feliz, es muy dificil de explicar.

Hoy día mi hija es considerada sana y está acabando quinto curso. Nuestro pediatra nos dijo que habría fallecido en China, si no se le hubiera tratado. Si subir fotos a SkyDrive, o agradeciendo a los donantes su amabilidad hacia el Fondo de Corazón, ayuda a un niño más a tener la operación que le salvará la vida, entonces estoy muy agradecida de formar parte de esto tan bello. Mirar las preciosas caritas de los niños es mi parte favorita del trabajo. Saber que sus operaciones salieron bien y que pronto tendrán una mamá y un papá, me llena de satisfacción.

Sí, mi vida es un frenesí la mayor parte del tiempo. A veces no estoy segura de lo que debo hacer primero, o si voy a poder hacerlo todo, peor sé que soy afortunada más allá de lo normal, por poder ser parte de un grupo tan maravilloso como Love Without Boundaries es.