Érase una vez... una niña que había nacido en China pero que fue abandonada poco después de nacer. Afortunadamente, fue adoptada por una familia de la localidad cuando era chiquitina, y así su vida como hija empezó. Lo malo es que la historia de Layla no acaba aquí. Sus padres se divorciaron y a ella la crió su cariñosa madre. Cuando Layla tenía seis años, su vida se resquebrajó cuando su madre falleció y volvió a quedarse huérfana. El personal del orfanato empezó a observar que la pequeña no tenía mucha energía y que no comía apenas, pensaron que sería debido al duelo por la pérdida de su madre, porque en ese momento no sabían que además tenía una cardiopatía. A principios del año pasado, Layla ingresó en el hospital para que le repararan su DSV. Enseguida cautivó a todo el mundo y más aún cuando vieron esta preciosa foto suya, donde está consolando a un bebé que también iba a ser operado del corazón. Después de su operación, Layla empezó a encontrarse mucho mejor y pudo hacer lo que más le gustaba y más ganas tenía, volver al colegio! Las historias que empiezan con un "érase una vez" suelen acabar con un "y vivieron felices para siempre", y la historia de Layla no iba a ser menos. Nos alegramos muchísimo cuando supimos hace poco que Layla había sido adoptada unas semanas antes!! No solo vuelve a ser hija de nuevo sino que ahora tiene también una hermana pequeña, dos hermanos mayores y una hermana mayor! … y vivieron felices para siempre! |
7 abr 2013
El final feliz de Layla
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario