Hablamos mucho de transformaciones puesto que es algo muy tangible en los viajes como este último Viaje de Intercambio Médico. Pero las transformaciones también ocurren de formas quizá menos aparentes pero igualmente o más importantes.
Pasado. Todos los niños en estos viajes son muy especiales, pero quizá hay uno o dos que se convierten un poco en las mascotas del viaje. En 2012 fue Emily. Con una carita familiar y redonda, y con increíbles cejas, podía haber sido la hermana de mi hija mayor. Sin embargo, a diferencia de mi hija, Emily nació faltándole un brazo y ambas piernas además de con fisura labial unilateral. Aún así, pronto nos dimos cuenta de que su enorme resiliencia era mucho más aparente que sus diferencias físicas. Varios días de viaje y ya tenía una nueva sonrisa, y no mucho después, una familia al otro lado del mundo se enamoró absolutamente de ella.
Presente. El blog del viernes mencionaba 30 transformaciones, pero yo he sido testigo de unas cuantas más. He visto a un grupo de personas de distintos países, con distintas lenguas y de distintas organizaciones transformarse en un único equipo cohesionado con un objetivo unificador -sanar a los niños.
Y en todo ese tiempo se han intercambiado ideas y técnicas, se han formado amistades. Pero lo más importante, he visto actitudes cambiar.
Las actitudes cambian, y las vidas se transforman de nuevo.
Futuro. Cuando volvemos de estos viajes muchos de nosotros pasamos una época de bajón. En parte es por el descenso de adrenalina de haber estado trabajando jornadas de 16-18 horas, pero la causa principal es por saber que nos vamos y volvemos a casa, y saber que los niños no.
La mayoría de los niños vuelven a un entorno poco menos que óptimo, en lugar de volver a los brazos de unos padres. Y ahí es cuando el corazón te cruje.
Pero mirando atrás, al viaje de 2012, casi todos los niños a los que ayudamos han encontrado ya a sus familias para siempre. Y es mi deseo que lo mismo pase a TODOS los niños que acabo de conocer esta misma semana pasada y que están esperando una familia.
¿Hay familias ahí fuera que puedan estar leyendo esto ahora y que se les abra el corazón a la adopción? Espero que sí. Las vidas de las futuras familias, y las de sus amigos, transformadas. Es el maravilloso efecto onda de propagación de la adopción.
Para los que nos habéis seguido en este viaje, quiero daros las gracias por vuestros pensamientos, vuestra energía y sí, también por vuestras donaciones. Estos viajes no pueden salir sin todo ello, sin vosotros.
~Chris Ingoldsby, Junta Directiva de LWB
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