26 feb 2015

La adopción de niños mayores

La semana pasada estuve viendo "The Dark Matter of Love," un documental que abarca el muy emocional primer año de una familia que adoptaron a tres niños de Rusia. Creo que debería exigirse su visionado a cualquier persona que estuviera planteándose la adopción internacional, ya que muestra algunas de las realidades más obvias como las barreras del idioma, el aprender a confiar o lo agotador que puede ser tanto para los niños como para los padres, el esfuerzo por vincularse todos y empezar a ser una auténtica familia para siempre.
Darkmatteroflove
Creo que los padres adoptantes, sobre todo aquellos que han adoptado a niños mayores, identificarán algún momento u otro de la película con lo que sucede en sus propias vidas. Para mí la escena fue una en la que uno de los niños pequeños está teniendo una rabieta descontrolada, gritando y pataleando en la cama. Reviví los momentos en que mi propia hija hacía lo mismo, y me pregunté cómo pude ayudarla a entender el dolor y el trauma que padecía por haber sido huérfana. He de admitir que durante la película di gracias al cielo porque esos duros y difíciles días quedaron atrás.

Hace cinco años escribí un blog titulado "Adoptar niños mayores." En ese momento sólo conocía a unas pocas personas que hubieran adoptado a niños de diez años o más, porque la mayoría de los niños de China eran adoptados mucho más pequeños. Con los cambios de los últimos cinco años en la adopción en China, ahora no sé a cuantísimas familias conozco que han optado o les ha tocado adoptar a niños mayores, cerca incluso de la edad a la que dejan de ser adoptables (14 años).

Gracias a haber escuchado sus historias, ahora sé mucho más sobre las vivencias post-adoptivas que han afrontado. Y me he dado cuenta de que no hay modo claro de saber de antemano cómo de bien o de frustrante será la transición. He visto a niños de 13 años cuyas vidas previas a la adopción fueron muy difíciles y duras, llegar a casa y adaptarse de tal modo que parecía que siempre habían sido parte de la familia; y a otros niños que parecían muy dispuestos a ser adoptados, sufrir mucho y con su regulación emocional descontrolada, mostrando su miedo, su rabia y su dolor en una variedad infinita de formas.

Meg Montgomery, una de las trabajadoras sociales voluntaria en LWB, me escribió lo siguiente hace unos días: "El cerebro es algo muy poderoso, y cada niño es único en la forma que tiene su cerebro de interpretar lo que han vivido física, emocional y psicológicamente."

~Amy Eldridge, Chief Executive Officer

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