Como alguien que ha estado presente con los niños durante nuestro Viaje de Intercambio Médico 2015, es difícil reflexionar sobre todo lo que ha sucedido la semana pasada. Dicho esto, es incluso más difícil aún tratar de condensar mis pensamientos en una entrada de blog!
Hemos sabido historias increíbles tanto de las familias como de las cuidadoras y de los miebros del equipo, sobre cómo han triunfado ante la adversidad. No hay duda de que el intercambio ha sido un tremendo éxito, y que los niños son la prueba visible de ello. Gente de todas partes del mundo se han unido para costear las operaciones y para apoyar a los niños huérfanos y sin recursos que necesitaban cirugía craneo-facial.
Aquellos que han sido operados están a salvo, son queridos y están bien cuidados. Gracias a los esfuerzos conjuntos de muchos, han sido muy bien operados. Trabajamos muy duro para asegurarnos de que todos los niños que vienen al intercambio con la esperanza de ser tratados médicamente y que por alguna razón no han podido serlo, lo serán más adelante en alguno de nuestros hospitales asociados de China.
Algo que puede ser menos obvio pero que me pilló desprevenida esta semana, es la carga emocional que recibes de vivir tantos vaivenes emotivos cada día. Los voluntarios se han sentido a menudo sobrepasados por las distintas emociones y el ritmo rápido al que se sucedían unas a otras.
Por ejemplo, con el pequeño Denver, cuya familia llegó llena de esperanza ante la idea de su operación. La esperanza se vio enseguida reemplazada por la desesperación más cruda cuando hubo noticias de que el pequeño podía padecer una condición médica grave. Y otro cambio después, tan solo 24 horas más tarde, cuando las pruebas indicaron que su adorado hijito estaba sano y que podía ser operado.
También estaba Spencer, el niño más feliz del mundo con una sonrisa increíble, el más disfrutón, que empleó tácticas de auto-consuelo en lugar del llanto después de ser operado. Con tranquilidad insistimos en que siguieran poniéndole analgésicos ya que quedaba claro que el pequeño tenía mucho dolor... y aún así no lloraba.
Igualmente, muchos de los peques de orfanato que habían estado sonrientes e interactivos antes de las operaciones, estuvieron sombríos y callados después. Todos hemos querido a estos pequeños y aún así, la realidad de su circunstancia de huérfanos nos ha golpeado cuando han vuelto a la institución en lugar de a un hogar con el calor del amor de una familia.
Leora ha sido otro ejemplo de un gran vaivén emocional. Pasó de ser una niña feliz y muy sociable el día antes de la operación a estar llena de ansiedad y lágrimas (junto a su padre) inmediatamente antes de que le tocara el turno.
El que nos ha emocionado a todos con su fuerza y su perseverancia ha sido Ray, de quince años, dos veces huérfano y completamente comprometido a pagar por sus propios medios la deuda de sus padres fallecidos. Ha rehusado toda ayuda económica pero nos alegra mucho anunciar que ha aceptado nuestra oferta de ayudar en el Campamento de Habilidades Sociales de este verano. Ray cobrará un salario por su trabajo y su deuda pronto podrá ser pagada. Además creemos que podrá ser operado en Shanghai y realmente tenemos muchas ganas de ayudar a que esto se haga realidad.
Para acabar estaban los niños de la provincia de Shandong. Hemos formalizado hace poco una relación con el orfanato de Billy, Delia y CJ, y queríamos que los tres fueran operados esta semana. Los niños llegaron el lunes y debo confesar mi ignorancia porque sentí indignación cuando los ví llevando caretas al salir del ascensor. Me enfadé pensando que el que llevaran caretas se podía deber a que les avergonzaba su apariencia, pero un segundo después me dí cuenta de lo equivocada que estaba. Sus cuidadoras les habían ocultado la cara por ayudarles y protegerles. Nunca olvidaré el horrible momento cuando les quitaron las caretas y la reacción de la gente. Una mujer incluso empezó a gritar. Los tres peques empezaron a llorar y fue una experiencia traumática para todo el mundo. Afortunadamente los tres peques se calmaron pronto.
Nuestros voluntarios dedicaron mucho tiempo y esfuerzo a estos pequeños y estamos encantados de que Billy y Delia hayan podido ser operados. Aunque CJ no ha podido ser operado por su parálisis cerebral, nos tranquiliza mucho saber que muy probablemente podrá ser operado en Shanghai.
Siempre me sentiré agradecida por haber podido formar parte de este viaje médico que cambia vidas, y doy las gracias especialmente por haber tenido la oportunidad de vivir esta complejidad que es parte de la historia de nuestros hijos antes de la adopción. Sí, suele haber mucho dolor y pérdida, pero también esperanza y amor que viene cuando la gente de China y de todo el mundo se preocupan tan profundamente por los niños.
Muchas gracias a todos los que habéis hecho este viaje posible y sobre todo a los que habéis estado en Kaifeng esta semana pasada y habéis dado parte de vuestros corazones. Sé que ya nunca seréis los mismos.
~Kelly Wolfe, Chief Administrative Executive
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