Tyler y sus amigos: Amor en Acción

Tyler es un vibrante niño de seis años, listo y con una sonrisa que ilumina la habitación. Lleva siendo alumno de nuestra escuela Cree En Mí de Qingyang desde su apertura hace once meses. Antes de que inaguráramos la escuela, Tyler no tuvo la oportunidad de ir al colegio con los niños de su edad debido a su discapacidad.

Gracias a los increíbles amigos de LWB, ahora los días de Tyler están llenos de actividades educativas  especiales curriculares y sensoriales, para estimular su mente. Su profesora nos dice que le gusta estudiar y que ha aprendido a hacer muchas preguntas.

En estos momentos Tyler está trabajando en la creación de un proyecto de arte en el que tiene que cortar y pegar, está aprendiendo a unir cuentas en un collar, a atarse los zapatos, los nombres de los colores, a dibujar varios animales y a disfrazarse. También sabe ya leer muchos caracteres chinos y sabe contar hasta 20. ¡Qué cantidad de progresos en tan poco tiempo! ¡Es muy bueno ver que la curiosidad de Tyler y sus ganas de aprender siguen aumentando!

Otro estupendo beneficio que recibe gracias a ir a clase todos los días es la creación de amistades con los otros niños. Mandy, una voluntaria de LWB, visitó hace poco la escuela e hizo algunas observaciones preciosas sobre Tyler y sus amigos:

Este grupito de chicos aparecían aquí y allá en el orfanato correteando de un lado a otro, siempre con unas enormes sonrisas en sus caras. Un pequeño no podía mover sus brazos por una parálisis cerebral. Otro tenía una debilidad en las piernas, pero tenía bien los brazos. En un momento dado, vi a un peque que no podía usar sus brazos siendo dado de comer por el pequeño que no podía mover bien las piernas. Lo que uno no tenía, el otro lo suplía. Este grupo de niños siempre estaban juntos, empujando unos las sillas de ruedas de los otros, recogiendo otros los lápices que se les caían a los demás, dándose de comer, ayudándose a vestir, cogiendo un balón que se escapaba, y contándose cosas. Fue precioso. Se cuidaban y ayudaban unos a otros, encantados de ser los brazos, o las piernas, o lo que hiciera falta, de sus amigos.

Me consuela el corazón mucho saber que han construido una pequeña famlia entre ellos. Se complementan unos a otros altruistamente, nunca esperan nada del otro para hacer ellos algo, lo hacen para ayudarse unos a otros. Tenemos mucho que aprender de estos niños tan preciosos. Amor, respeto y bondad. Dar los unos a los otros sin importar la situación.

Nos alegra mucho que los padrinos de LWB no sólo le han dado a Tyler el regalo de la estimulación educativa sino que además le han dado un grupo al que pertenecer, una auténtica comunidad. Y por ello estamos más que agradecidas.