Laurel y su familia quedaron emocionados con este regalo y nos firmaron una garantía de que no iban a vender o a sacrificar los yaks.
15 ene 2016
Adiós a Laurel y a su padre
Decir adiós suele ser triste, pero cuando podemos decirlo sabiendo que la niña a la que hemos podido ayudar puede ahora funcionar y tener una vida normal sin un dolor constante, es una despedida agridulce.
Laurel vino a nuestra Casa de Curación Loving ARMs como beneficiaria de ayuda a través de los Fondos de Unión. Vive junto a su familia en una zona muy remota de la Planicie Tibetana y tanto ella como su padre han escalado literalmente montañas para poder recibir cuidados médicos (puedes leer más en la entrada al blog "Cruzando montañas por Laurel")
Después de haber sido operada para reducir el dolor y corregir unas complicaciones provenientes de una operación que le realizaron cuando era un bebé, Laurel y su padre pudieron compartir una habitación en nuestra casa de curación mientras la niña tenía que ir diariamente a rehabilitación y a formación sobre auto-cuidado de su condición médica.
Mientras estuvieron alojados en nuestra casa de curación, Laurel y su devoto padre pudieron salir de vez en cuando a dar una vuelta como turistas. Eso le vino muy bien a Laurel que tuvo muchas ocasiones para poder mejorar su chino mandarín. Qué alegría ver a esta niña de siete años que ha pasado tanto dolor, relajada, sonriente, disfrutando de las cosas y experimentando cosas nuevas, nuevas vistas, nuevos gustos.
En diciembre Laurel tuvo su última operación. Ella y su padre tuvieron el honor de poder entregar un hada a los médicos que les ayudaron. El hada es una bufanda larga y blanca de seda que representa el más elevado respeto y agradecimiento de los tibetanos.
Hace unas semanas, Laurel y su padre volvieron por fin a casa. Nos gustaría muchísimo haber podido estar allí y ver la alegría del encuentro con su madre.
Puede que os acordéis de otra familia del Tibet, la familia de Samuel, a la que donásteis tan generosamente los fondos suficientes como para poder comprarles cinco yaks. De hecho, las donaciones fueron tan generosas que teníamos "fondo para yaks" sobrante. Así que con algo más de dinero hemos podido comprar tres nuevos yaks para la familia de Laurel!
Las tres yaks son hembras y están preñadas. Eso significa que el año que viene la familia de Laurel debería tener seis yaks. Seis yaks pueden proporcionar un montón de leche y queso a esta familia!
Laurel y su familia quedaron emocionados con este regalo y nos firmaron una garantía de que no iban a vender o a sacrificar los yaks.
Nos tranquiliza mucho saber que Laurel y su padre llegaron bien a casa y antes de que las nevadas hubieran cerrado los pasos de montaña hasta su pueblo, el de la foto arriba.
Ha sido verdaderamente todo un honor haber podido ayudar a que esta familia tan maravillosa consiguiera el tratamiento médico que tan desesperadamente necesitaba la niña y además unos yaks para mantener su calidad de vida en el futuro. Muchísimas gracias a todos los que habéis ayudado a que ambas cosas pudieran suceder!
Laurel y su familia quedaron emocionados con este regalo y nos firmaron una garantía de que no iban a vender o a sacrificar los yaks.
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