Cora: el regalo de saber querer y saberse querida

El día 7 de diciembre de 2015 estaba sentada en la oficina de bienestar social de Taiyuan preguntándome qué nos depararía el siguiente capítulo de nuestras vidas. No sabíamos apenas nada de la que iba a ser nuestra hija de 2 años y medio. Sabíamos que Cora tenía una serie de problemas congénitos del corazón complejos y el síndrome de Goldenhar pero no sabíamos el nivel de tales diagnósticos.


Sabíamos, gracias a las fotos, que había sido una niña muy querida mientras estuvo bajo el cuidado de Little Flower Projects, y también sabíamos que los últimos meses había estado en un programa de acogida de Love Without Boundaries (donde era conocida con el nombre de “Josie”). Y eso era todo lo que sabíamos.

 

Cora y su madre de acogida

No sabíamos si sabía ser querida o cómo querer a alguien, y nos preocupaba que los muchos traslados en su corta vida pudieran impedir o retrasar el proceso de vínculación con nosotros. Nuestros miedos se disiparían pronto al ver una cantidad de amor y cariño tal, que nunca nos lo habríamos imaginado.

Después de casi no darme tiempo a preparar mi cámara, mi preciosa hija fue la primera que entró en las oficinas del registro. No le costó apenas nada acercarse a mí con confianza. Por supuesto que las galletitas de arroz y el teléfono de juguete ayudaron, pero a los pocos minutos ya estaba sonriendo y haciendo carantoñas y mostrando su cariño. Era absolutamente surrealista. Su personalidad cálida y alegre fue obvia desde el minuto uno. A los pocos minutos de conocerla supe que había sido inmensamente querida en su familia de acogida y que el amor y la confianza no iban a ser una lucha para ella.

De entre todas las familias que viajamos a recoger a nuestros hijos, Cora era la única niña que no había estado en un orfanato y la diferencia con los otros niños era profunda. Muchos de ellos no sabían abrazar, y aunque sus madres y padres para siempre no les disgustaban, no parecían saber cómo relacionarse con ellos o qué hacer con toda la atención que estaban recibiendo. Cora enseguida se abrazó y se acurrucó en mi regazo, y jugaba como si hubiera estado en nuestra familia toda la vida.

Su naturaleza cariñosa ha seguido mostrandose una vez en casa. Cuando se hace daño sabe venir a mí o a su padre para que la consolemos y nos deja consolarla en sus momentos de dolor. Se ha vinculado muy rápido con los dos y sabemos que es porque había establecido el vínculo con sus cuidadoras previas.

Otra de las maravillas que la acogida familiar le ha dado a Cora ha sido su capacidad para vincularse pronto  con otros miembros de nuestra familia.

Cora es la más pequeña de cinco hermanos y nos preocupaba cómo iba a manejar el tener que compartir la atención con sus hermanos. Pero es que le encanta jugar con sus hermanos y hermanas, y ha adquirido el papel de "hermanita pequeña" estupendamente bien. Poco después de su adopción supimos que estaba muy unida a su hermano de acogida en China, y pensamos que es por eso por lo que lo está haciendo tan bien.

 

Cora y Dominic, su hermano de acogida

Cora también ha establecido vínculo con sus abuelos, que viven en la casa de al lado, y sabemos que también tenía abuelos de acogida en su hogar de China. Esto ha sido un tremendo regalo para todos nosotros.

Nos sentimos muy agradecidos para siempre con los programas de acogida familiar de Love Without Boundaries. Le han dado a nuestra Cora Esperanza, el regalo de saber querer y saberse querida, y eso, no tiene precio.

~Ryan y Faith Mahoney son los padres de Trent, Maggie, Evangeline, Reid y Cora.  Viven en Villa Ridge, Missouri.