2 feb 2017

Ayudando a las niñas de Camboya

En la Camboya rural,  las normas tradicionales suelen valorar menos a las mujeres que a los hombres. Las niñas suelen dejar de ir al colegio con mucha más frecuencia que los chichos, pues reciben más presión para que dejen los estudios y empiecen a ayudar en casa. De hecho, algunos estudios calculan que el 50% de las mujeres de los pueblos son analfabetas, con pocas posibilidades de romper alguna vez el ciclo de la pobreza en el que viven.


Otra dura realidad de esta región es que la violencia de género, violencia contra la mujer, es común. Tristemente, las mujeres que han participado en estudios de investigación tenían la autoestima tan baja que no se planteaban que fuera abuso.

Es decir, si eres una niña que crece en la Camboya rural, ya tienes de por sí un montón de factores en contra. Si eres niña y además tienes una discapacidad evidente, te será aún mucho más difícil y duro llegar a la vida adulta con una buena educación y la seguridad en tí misma necesaria para alcanzar tus sueños.
Desde que empezamos a trabajar en Camboya el pasado otoño, hemos conocido a tres niñas con necesidades especiales visuales que se merecen tener tratamiento médico. Como ya sabemos por nuestro trabajo en China, los niños con necesidades médicas que son evidentes suelen tener que aguantar que se les estigmatice y se les discrimine.
Cassidy lleva viviendo 17 años sin su ojo izquierdo. En su comunidad se estigmatiza desde hace mucho el tener alguna diferencia física en los ojos, y su vida ha sido muy difícil porque muchos de sus convecinos ni se acercan a ella.
Sara también tiene 17 años y también nació sin el ojo izquierdo. El otoño pasado la llevamos a un gran hospital en Camboya donde le pusieron una prótesis. Su cuenca ocular es más pequeña de lo normal, así que su prótesis tenía que ser también más pequeña que su otro ojo. Sara ha tenido algunos problemas con el ajuste de la prótesis que esperamos poder resolver pronto y que logre tener la apariencia que desea.
Hay un hospital en Tailandia que va a tratar de agrandar quirúrgicamente la cuenca ocular de Sara, para que puedan así ponerle una prótesis de tamaño normal. Esto hará que sus ojos tengan un tamaño similar y eliminará el estigma cultural con el que ha vivido toda su vida.

Hace tan solo unos días supimos de Mona, una niña de 12 años que no ve por su ojo izquierdo. Nos gustaría llevarla al médico y ver cómo podemos ayudarla a darle a seguridad en sí misma que ahora mismo no tiene.

Esperamos que mejorando la apariencia física de estas niñas se enfrenten a menos actitudes negativas en sus comunidades y que puedan vivir las mejores vidas posibles. Cambiar las actitudes culturales es un proceso lento, pero hemos visto cambios radicales en lo que respecta a la estimación de los niños nacidos con fisuras labiopalatinas en China, así que tenemos la esperanza de que cambios así sean también posibles en Camboya.
Mientras tanto, aprenderemos todo lo que podamos sobre cómo podemos ayudar a los niños de Camboya afectados por las toxinas del medioambiente.

Muchas gracias a todos los que estáis ayudando a niñas como Cassidy, Sara y Mona a superar los efectos de este tema tan desafortunado.

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