El mes pasado tuve el placer de viajar a China con mis dos colegas directoras, Amy Eldridge y Sheri Russon. Pasamos nueve días literalmente corriendo por toda China visitando orfanatos, reuniéndonos con funcionarios del gobierno y con nuestro personal allí, y visitando muchos programas de LWB. La mejor parte de todas fue poder conocer a los preciosos niños a los que ayudamos. Para mi, esta experiencia ha sido muy profunda y ha cambiado mi vida. Lo que he experimentado va a estar ya conmigo el resto de mi vida. Un trocito de mi corazón se ha quedado en China con tantos y tantos niños muy especiales. De hecho, hay un niño en concreto que me ha robado el corazón, pero me dejaré esta historia para otro día!

Durante todo nuestro viaje y desde que volvimos a casa, una necesidad ha estado conmigo por encima de todas las demás. Sencillamente hay demasiados niños esperando a sus familias permanentes. En la lista compartida sabemos que actualmente hay la demoledora cifra de 1.900 niños esperando ser seleccionados para la adopción... 1.900 niños esperando ser amados.

El objetivo de LWB siempre ha sido proporcionar el amor, el cuidado y la crianza que los niños huérfanos necesitan y que tanto merecen. Usamos cada oportunidad que tenemos para abogar por los niños que cuidamos, y nuestra mayor esperanza es que todos y cada uno de los niños que conocemos puedan saber lo que es el amor de una familia para siempre.

Uno de los resultados de nuestro viaje a China será que el foco de La Comunidad LWB.org cambie. Ahora más que nunca, estamos comprometidas a dar a conocer a los niños que esperan su oportunidad para tener una familia a la que puedan llamar propia. Empezando esta semana y siguiendo después, LWB retratará a un pequeño de los que se encuentran a nuestro cuidado y que espera ser adoptado. Nuestra esperanza es acercaros su historia. Compartiremos lo que podamos con vosotros, nuestros fieles lectores, para que podáis ver por vosotros mismos qué hace a cada niño tan especial.

En nuestro reciente viaje a China, conocimos a cientos de niños increíbles, cada uno único a su manera. Lo que me asombró sobremanera fue la "luz" que salía de dentro de estos niños. Pude literalmente ver luz irradiando de dentro afuera. Esa luz está conmigo hoy y es la última cosa que pienso por la noche y la única cosa que pienso cuando me despierto por la mañana. A pesar de los muchos obstáculos que estos niños tienen en sus vidas, su resiliencia es admirable. Me da ESPERANZA. Esperanza de que algún día pronto, CADA niño conocerá el amor. Y eso es lo más importante.

Os invito a seguirnos en este nuevo viaje en el que abogaremos por la adopción, UN niño cada vez. Por favor, haz saber a otros sobre nuestra creciente comunidad, a los que también aman a los niños y que puedan estar consideando añadir un nuevo miembro a su familia!

Con Esperanza,

Paige Mills-Haag, Directora de Operaciones de LWB