11 jul 2012

Expectativas realistas: las luchas post adoptivas

 

Esperamos que te haya gustado nuestra serie de blogs titulada "Expectativas Realistas" y queríamos terminarla hoy discutiendo la realidad de las emociones post-adopción. Si te has visto a tí mismo convirtiendote en padre o madre en China, es muy posible que ese momento haya sido la culminación de un proceso de muchos años en el que te has planteado si la adopción es adecuada para tu familia, en el que has recopilado cientos de documentos, y en el que has esperado muchísimo hasta que llegó la hora de conocer a tu hijo o hija. Y después se supone que todo el mundo tiene que vivir en un mundo de colores y "ser felices y comer perdices" ¿no? Con tantos blogs hablando del amor a primera vista y lo maravillosos son esos primeros meses juntos, los nuevos padres pueden encontrarse completamente perdidos cuando se encuentran con un niño muy enfadado que parece odiarles, o cuando vuelven a casa y la idea más intensa que tienen es "¿qué hemos hecho?"

Lo primero de todo quiero decir que soy tremendamente feliz cuando sé de alguien que adopta internacionalmente y con toda honestidad puede decir que todo ha ido perfectamente, cosa que en verdad puede pasar. Pero esta serie de blogs se titula "expectativas realistas" por una razón, y hoy queríamos compartir algunas historias reales dichas por familias que han hecho este viaje:

"Mi hija me ODIÓ los primeros dos meses. Cuando estábamos en China, yo solo podía hacer dos cosas sin que ella gritara: podía ayudarla a lavarse las manos y podía limpiarle el culete. ¡Eso era TODO! Mi marido tenía que hacer todo lo demás. Después de haber deseado tener una hija durante tanto tiempo, fue muy duro para mi su reacción. Tuvimos que dejar de hacer muchas actividades porque mi marido estaba exhausto, y porque tampoco queríamos que otras personas tuvieran que aguantar sus gritos y sus lloros. Temí que me odiara para siempre, y honestamente, nuestro vínculo se ha ido formando muy lentamente."

"Cuando adopté a mi hija pequeña pensé: 'no hay problema, ya lo he hecho antes, sé qué puedo esperar.'" Bueno, mi hija pequeña no tenía NADA que ver con mi hija mayor. Lloró y lloró, y pataleó durante horas después de que la pusieran en mis brazos, y no hizo apenas contacto visual conmigo. Yo quería muchísimo que nos vinculáramos pero ella no parecía tener interés. Recuerdo lo cansada y rechazada que me sentí."

"Cuando llegamos a China estábamos muy asustados. Nuestra hija parecía autista y nuestra guía no quería que firmáramos los documentos de adopción. Recuerdo cuando estábamos los tres solos en la habitación del hotel, mi marido me dijo 'Sabes que la niña tiene algo que está realmente mal ¿no?' Qué triste y qué miedo, sentí un enorme peso de responsabilidad. En ese momento todavía no quería a mi hija, y solo quería irme corriendo, pero la llevé a casa conmigo porque era mi deber. Yo era la adulta, ella era la niña indefensa. Me costó casi un año para logar que saliera de su cascarón. Aprendí a ser la madre que necesitaba, sin embargo, no fue nada fácil."

La adrenalina y las emociones fuertes de un viaje de adopción, pueden mover a muchas familias durante las primeras semanas, y luego está la emoción de volver a casa y ser recibido en el aeropuerto por tus seres queridos llevando pancartas y globos. ¡Lo has logrado! ¡Has completado la adopción! Pero luego el comité de bienvenida se marcha y las familias vuelven a sus casas solas, enfrentándose a la realidad de ser padre o madre de un niño que ha sufrido un trauma de una forma u otra, y que tiene una historia vital de la que muy probablemente no sabes nada. Es absolutamente normal sentir cada emoción y en sus distintos grados, cansancio, pánico, gratitud, alegría... y sí, incluso depresión muy real. Una mamá escribió las siguientes palabras muy sinceras sobre la depresión post adopción, una condición de la que no se suele hablar apenas:

"Nuestro primer mes en casa fue un torbellino de emociones. Mi hija decidió que las "vacaciones" se habían terminado y estaba lista para volver a China. Se quedaba en la puerta de casa con sus zapatos y su chaqueta todo el día, llorando y aporreando la puerta llamando a su cuidadora. Si la quitaba de ahí, se levantaba y se ponía a grigar. Empecé a lamentar nuestra decisión de adoptar. Empecé a verla como "la otra mujer" y no quería que mi marido le mostrara ningún tipo de afecto. Ella estaba destrozando nuestra vida familiar, nuestros días de escuela, y sinceramente, empecé a rogarle a mi marido que rompiéramos esa adopción. Le dí todo lo que necesitaba para sobrevivir (comida, ropa y cobijo) pero eso era todo. No la quería. Estaba resentida con ella. La miraba y lloraba porque QUERÍA quererla, pero no podía. Cuanta más gente me decía lo preciosa que era y cómo debía tratarla, cuanta más atención recibía ella... más quería que se fuera. Y eso me deprimía aún mucho más pues había rezado, rogado, pedido, y llorado por tener una hija durante tres años. Así que ¿cómo podía sentirme así?

Si echas un vistazo a los foros de postadopción, es muy habitual ver mensajes titulados así "todavía no siento el vínculo" o "necesito apoyo emocional ahora". Pero la realidad es que muchas familias adoptivas se sienten muy solas con sus luchas, y suelen temer el decirle a los demás que no todo es de color de rosa y maravilloso. Es muy importante que las familias adoptivas se busquen unas a otras cuando se sienten sobrepasadas con estos sentimientos que se encuentran comunmente en la postadopción. Me da mucha pena cuando veo que la gente siente que tiene que representar el papel de una adopción sin problemas ante el mundo, ya que una de mis frases favoritas es que los humanos somos perfectamente imperfectos. La vida no es fácil. Las relaciones humanas no son fáciles. Crear familias fuertes no es, definitivamente, algo fácil. Cuando conectamos con otros iguales y compartimos nuestras experiencias REALES y sinceras, es cuando nos podremos preparar mejor para encontrar la fuerza para superar los retos que se pueden presentar en una adopción.

Creo que mucha gente teme hablar de sus luchas post adoptivas ya que no quieren ser vistos como alguien "anti - adopción", o porque no quieren desanimar a otros a que consideren este camino. Sin embargo, con cada vez más niños mayores que se adoptan en China, y más y más niños con necesidades especiales esperando un hogar, creo que lo mejor que podemos hacer tanto a los niños como a las posibles familias, es ser sinceros unos con otros. Yo estoy 100% comprometida con la idea de la adopción, pues he conocido a miles de niños huérfanos en persona y creo que cada niño se merece tener la oportunidad de ser amado por una familia. Pero nosotros, como padres, tenemos que estar preparados y saber que hay mucho más en la adopción que el sueño inocente de querer dar una familia a un niño. La adopción es un compromiso de por vida que ocupa 24/7 de tu tiempo, y tendría que ser perfectamente normal el poder decirle a los demás cuándo no es el cuento de hadas que te habías imaginado. Porque cuando buscamos sincerarnos con otros, y pedimos apoyo o sencillamente que nos escuchen, ese es el primer paso que hay que dar para construir la familia más fuerte posible.

No es un cliché cuando decimos que la vida ha de ser compartida. Nos encanta escuchar vuestras historias y sabemos que somos mejores padres y mejores personas gracias a ellas. Muchas gracias a todos nuestros amigos y simpatizantes que habéis compartido este viaje de llevar la esperanza y la curación a los niños huérfanos junto a nosotras.

~Amy Eldridge, Directora Ejecutiva


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estaba esperando un post como este desde hace tiempo. Yo adopté a mi hija hace 5 años y todo fue...de color rosa...Hace 3 que mi hijo llegó a casa y todo fue...un gran trauma...porque descubrimos una NE sin detectar que hoy día es un a discapacidad...Hay que hablar, contar y avisar...no para desilusionar a los que vienen detrás, sino para informarles de que no todo es rosa ni perfecto y que hay sentimientos negativos que surgen tras la vuelta a casa...y que hay que aprender a canalizar y posivizar...Y soy proadopción siempre y por siempre...Si volviera a ser madre...siempre lo haría a través de este camino tan apasionante...Gracias, muchas gracias por esta entrada...

Anónimo dijo...

Es fantástico esto que haceis de las espectativas reales. Yo como madre de una niña mayor, tengo que dar gracias al cielo porque por ahora todo ha ido fenomenal (3 años despues ya es preadolescente). Pero tengo que decir que antes de ir a buscarla me puse en el peor de los casos: que nos iba a odiar por sacarla de alli!!!. Siempre me puse en lo peor: que no la podia abrazar en un primer momento porque lo normal es que se pusiera a llorar, que no quisiera mi comida porque no le gustara, en fin esta y muchas otras cosas. Pero lo que si tenía claro es que quería ser madre con lo que eso conlleva seas o no biológica, y que a partir de ese momento iba a asumir lo que viniera. No se si es por eso que mi hija asi lo sintió porque nos queremos mas que a nada en el mundo, discutimos y nos enfadamos a veces pero fundamentalmente somos madre e hija, simplemente, sin adjetivos.