3 ago 2012

Lirios Para el Pequeño L: Pensamientos de su Mamá de Acogida

Acoger a un niño que lo necesita. No debería ser muy difícil, verdad? El niño llega. Empiezas a cuidarlo.Y cuando llega el momento, lo dejas marchar, sabiendo que has hecho algo realmente importante en la vida del niño, verdad? Bien, en realidad, no es tan sencillo. Durante el proceso de duelo de mi pequeño hijo de acogida, alguien me dijo "No estamos programados para ser padres de acogida. Estamos programados para ser padres". Creo que es verdad.Se supone que tenemos que amar a las personas a las que cuidamos. Los queremos alimentar, proteger y cuidar. No estamos "programados" para cuidar a un niño temporalmente y luego dejarlo ir. Sin embargo, también creo que hay personas que pueden ser buenos padres de acogida, y algunos lo hacen muchas veces, con riesgo para su propio corazón.

El verano pasado, tuve un bebé en acogida, que tenía 7 semanas de vida. Era mi primera acogida, y lo llamaré pequeño L. Hacía casi 15 años que yo no era madre a tiempo completo de un niño. Pero algo así no se olvida. Aunque yo sabía que la idea era la reunificación, eso no impidió que quisiese al pequeño L. Y a medida que el tiempo fue pasando, tampoco impidió que él me quisiera a mí.

A pesar de que recibía visitas de miembros de su familia biológica, siempre volvía "a casa", con nosotros. Yo quería a ese niño. Me daba mucho trabajo,p ero era maravilloso verlo aprender tantas cosas, a dar palmitas, rodar, gatear, empezar a hablar; mostrándome de muchas maneras que yo era importante para él. Recuerdo una noche meses antes de saber cuando tendría que irse, abrazándolo mientras dormía, con lágrimas en los ojos, al pensar que un día tendría que marcharse.

Cuando lo habíamos tenido 10 meses, un poco antes de su primer cumpleaños, empezó a verse que pronto volvería con su familia. La semana antes de su partida, yo no paraba de llorar, y pensé que esa sería la parte mas dura. Tener la despedida encima es tan duro. Dos días antes de que se marchase, tuve la oportunidad de pasar algo de tiempo a solas con él. Fuimos a ver uno de mis lugares favoritos; un gran campo de lirios que florecen cada año. Fuimos al parque donde jugó e hicimos un pequeño picnic. Nunca olvidaré ese día, especialmente ahora que mis recuerdos de él estarán unidos a los lirios para siempre.

La mañana de su partida llegó. Acababa de cumplir un año, y llevaba casi 11 meses con nosotros. Se marchaba al mediodía, y mi marido vino a casa del trabajo para estar ahí. Cuando se llevaron al pequeño L. los brazos de mi marido estaban ahí para llorar. Le dije "puede que sea su hijo y nieto, pero es MI bebé"

Nunca he vivido la experiencia de que un niño a mi cuidado muriese. Antes de que el pequeño L se marchase, una amiga que también había acogida me dijo que cuando un niño se va, es como una muerte. Pero nunca he sentido el dolor por una muerte con tanta pena como la que viví cuando se fue. Tal vez porque las muertes que he vivido, eran de personas mayores, y parecen menos trágicas. Ahora entiendo porqué ver a un niño en acogida marchar, puede ser  comparado con una muerte. Lo echo de menos cada día. Echo de menos su sonrisa. Echo de menos su contacto.

En cuanto a pensar que lo peor sería despedirme, estaba equivocada. Antes de que se marchase, fue duro, pero lo que vino después, fue mucho peor. He querido verlo desesperadamente. He llorado mucho, y me he deprimido. Ha sido una experiencia muy difícil. Y esta historia trata principalmente sobre los sentimientos de una madre de acogida. No dice nada sobre la experiencia desde el punto de vista del pequeño L. Si pudiese hablar y escribir, estoy segura de que tendría cosas muy profundas que contar, ya que aprendió a querernos, pero se lo llevaron sin poder entender el motivo.

Quiero compartir esta historia en honor a los muchos padres y madres de acogida de todo el mundo, incluyendo a aquellos que acogen niños huérfanos en China. Merecen ser honrados. Todos queremos que los padres de acogida quieran de verdad a los niños a su cuidado. Sin embargo, después de semanas, meses y posiblemente años de cuidarlo, tienen que dejarlos ir, a menudo para unirse a otra familia a través de la adopción.Estoy segura de que bajo estas circunstancias, experimentan dolor y duelo extremos, como yo. También estoy segura de que los niños en acogida, donde han crecido queriendo a una familia, sienten mucho dolor, confusión, y pérdida al desaparecer su mundo en un momento. Esto es especialmente cierto cuando son demasiado jóvenes para entender lo que está pasando. Incluso cuando lo saben, debe ser muy doloroso. Como madre adoptiva de niños que han tenido una vida en China anteriormente, tenemos que entender que podemos esperar auténtica pena en sus corazones. 

La acogida es muy importante y necesaria. Puede ser muy efectiva para enseñar a un niño sobre el amor y la familia, y proporcionarle seguridad y vínculos, así como cuidados para el niño que viene de una situación  mala. pero creo que es importante recordar que una buena acogida, a menudo significa corazones rotos cuando llega la separación.

~Suzanne Damstedt, Directora de Nutrición y Asistencia a Orfanatos

1 comentario:

Anónimo dijo...

creo q ese sentimiento de es natural despues de todo se decide acojer a un bebe esperando darle una vida mejor, el humano esta programado para proteger a los suyos especialmente las mujeres, pero ahy q recordar q si los acogimos fue para tratar de darle lo mejor, pero lo mejor para ellos es q los adopten, una familia q los quiera y los puedan abrazar y querer, una familia q los puede saguir apoyando mas aya de la mayoria de edad y siempre hay q recordad eso