Las cuidadoras de la CCTC se pusieron enseguida manos a la obra, para llenar su tripita con papilla nutritiva y para llenar su corazón con cariño y atención. Frankie empezó a salir adelante, y en unas pocas semanas, empezó a gatear. Hacia noviembre ya era tan valiente como para acercarse a los peques más grandes y quitarles los juguetes!
Pero incluso recibiendo cuidados de manos expertas, para los niños fisurados el alimentarse puede ser un enorme reto, por eso, todo el mundo estaba encantado cuando Frankie llegó a los 6 kilos y estaba listo para su operación de labio. La operación fue muy bien y volvió a la CCTC para recuperarse cerca de su cuidadora. Hoy, con once meses de edad, el pequeño Frankie sigue floreciendo. Además de su adorada papilla, también le chifla comer noodles y porridge de arroz. Le encanta toda la atención individualizada que recibe a lo largo del día y adora jugar al cucú-tras con las nannies. Sus preciosas sonrisas y risas llenan la habitación
¡Qué alegría ver lo mucho que Frankie ha crecido y aprendido en la Casa de Curación True Children!
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