La primera vez que Arlene Howard (Directora de Acogida Familiar) y yo visitamos Liuzhi en 2011, nos enamoramos al instante de un pequeñín llamado John que tenía parálisis cerebral.
Tenía las manitas agarrotadas y no podía andar, pero se podía sentar en una sillita pequeña de plástico y moverse lentamente por la pequeña habitación del orfanato. Le costaba un gran esfuerzo. Todo el tiempo que estuvimos allí, se esforzaba mucho para moverse, siguiéndonos como un gatito para asegurarse de que le seguíamos dando galletitas. Era como mi sombra, y donde quiera que yo iba de la habitación, pronto escuchaba su sillita arrastrarse hasta que llegaba a nuestro lado. Creo que se comió como cincuenta galletas hasta que las cuidadoras se empezaron a preocupar de que le doliera la tripa. Obviamente era un niño MUY listo e inteligente, pero su PC hacía que estuviera encerrado en un cuerpo que sencillamente no cooperaba cuando él quería. Arlene y yo le adoramos, y por supuesto pensamos que era un niño brillante (que lo es).
Gracias a nuestras increibles voluntarias, pudimos darle un andador y trasladarle también a nuestro programa de Familias de Acogida en Liuzhi. Para mi, ha sido una alegría ver cómo ha progresado desde que le ví por primera vez en 2011.
¡Miradle ahora andando! No. Esto se merece una fuente más grande.
¡MIRADLE AHORA ANDANDO!!!
Nunca, nunca, nunca, hemos de subestimar la determinación de estos niños increibles. Me inspiran todos los días. Quiero agradecer de corazón a todos los que os habéis unido estos años para ayudar a que este pequeño haya logrado dar este tremendo paso. Estoy segura de que la próxima vez que le vea, seré yo la que tenga que moverme rápido a su paso!
~Amy Eldridge, Chief Executive Officer
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