Aunque el tamaño de algunos teratomas puede ser alarmante para los nuevos padres, afortunadamente la mayoría de estos tumores suelen ser benignos en los recién nacidos. No obstante siempre existe la posibilidad de que algunos sean malignos dependiendo del tipo de células implicadas, y por eso es necesario examinarlos médicamente. Nos alegramos mucho de que este orfanato nos llamara.
Los teratomas pueden darse en cualquier parte del cuerpo, pero las zonas más comunes son las siguientes:
Sacrocoxígeo (sacro y coxis) - 40%
Ovarios – 25%
Testículos – 12%
Cerebro – 5%
Otros (incluyendo el cuello y los ojos) – 18%
Los teratomas normalmente se forman en las fases tempranas del desarrollo fetal. A veces pueden ser fatales en el útero si se vascularizan demasiado porque el cuerpo del bebé no puede mantener el flujo sanguíneo tanto en el tumor como en los órganos internos.
El objetivo en todos los casos es la extirpación total después del nacimiento. A menudo hay que extirpar también las estructuras que rodean el tumor, como el coxis, para evitar que pueda volver a desarrollarse. La recurrencia de un teratoma completamente extirpado es menor del 10% y afortunadamente, después de la operación, la mayoría de los bebés tienen resultados excelentes.
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