13 may 2017

La resiliencia de Anna

Anna, de cinco años, lleva un año realmente difícil de momento.
A principios de febrero se cayó accidentalmente en el fuego del hogar en su casa y sufrió quemaduras muy dolorosas. Fue llevada al hospital de inmediato. Ahora está de vuelta en el colegio y va poco a poco recuperando su salud y su estamina. Nos entristece el corazón pensar en lo que esta preciosa niña ha pasado, pero Anna nos ha mostrado su resiliencia compartiendo con nosotras la sonrisa más preciosa una semana después de haber recibido el alta del hospital.


Anna asiste al curso "intermedio" de Infantil en nuestra escuela Cree En Mí de Kabale, Uganda, así que todavía le queda un año por delante antes de empezar con la educación primaria, algo parecido a lo que tenemos aquí, empezaría primero de primaria.

Es una niña brillante que ya se sabe las letras del alfabeto, leyéndolas bien en la pizarra de clase y escribiendolas en su cuaderno. También sabe y escribe los números del 1 al 15, y está empezando a hacer sumas sencillas como "1+2=3".
La salud es un tema frecuente en el colegio y Anna está aprendiendo a mantenerse sana, a nombrar las partes del cuerpo y a evitar los objetos peligrosos como las cuchillas de afeitar o las agujas. Los alumnos también aprenden la importancia de lavarse las manos, como podéis ver en la foto de abajo con el profesor Benjamín supervisando la operación.

Otra importante lección para Anna y sus compañeros de clase es que una persona sólo debería beber agua que haya sido hervida previamente. El agua en los tanques de fuera sólo es para lavarse hasta que se haya llevado dentro y se haya hervido.

Anna tiene una buena auto-estima y está segura de sí misma entre sus compañeros o cuando habla con los profesores o los ancianos. Esto, por supuesto, es una ventaja cuando hay que ponerse a cantar y a bailar. Dicen que Anna tiene una voz preciosa y cada vez es más activa bailando. Le gusta también jugar con los otros niños, sobre todo en los columpios o con la pelota.

El sentido del humor de Anna es bastante evidente en estas fotos. Le gusta una buena broma y es muy lista inventándose y contando historias. Esta sonrisilla y la chispa de sus ojos dicen mucho sobre su personalidad!

Después de su terrible accidente con el fuego, Anna perdió unos dos kilos. Ahora el personal la vigila de cerca para asegurarse de que va poniéndose al día. Recibe un almuerzo caliente todos los días de colegio que consiste en posho (harina de maíz), alubias, arroz, fruta y verdura.

Queríamos compartir una foto de la casa de Anna, en el pueblo.
Está situada al lado de preciosos campos en terraza de la verde Uganda.
Esperamos poder trabajar juntos contigo para poder llevar un futuro mejor a los niños de este pueblo ugandés. ¿Te unes a nosotras para dar a Anna y los demás niños, esta oportunidad?

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